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lunes, 20 de agosto de 2007

Gustos perversos por los muebles

Gustos perversos por los muebles

Desde niño me llamaba la atención la cama del fakir. Ver como estos hombres se acostaban casi desnudos sobre esta cama de puntiagudos clavos me hacia abrir los ojos de admiración… una cama con clavos en vez de colchón era lo máximo!
A través de la historia del hombre, cada vez que ha inventado algo para su ayuda, con seguridad (y aquí también la historia lo ha demostrado) surge una mente malévola que utiliza el mismo objeto para darle un uso lleno de perversidad.
El mobiliario y sobre todo la silla, no se ha escapado de esta reutilización o reinvención macabra.
Pensemos por un momento: la cama de los vampiros no es otra cosa que un ataúd con un poco de tierra del país de origen, es un método utilizado (con o sin tierra) en sustitución de las camas, por muchas personas en el mundo a quienes les encanta la idea de dormir, aún en vida, en ataúdes… otros a la manera de Michael Jackson, duermen dentro de cámaras de oxígeno o a la espera de un futuro provisor, duermen su sueño eterno congelados como Walt Disney.
Pero la cosa va más allá, ya que el hombre ha llegado a perfeccionar mobiliarios para ser utilizados para la tortura o para hacer cumplir la pena de muerte:
El patíbulo para la horca, con su sistema de piso corredizo que hace quedar suspendido al ajusticiado, sujeto tan solo por una cuerda al cuello.
La mesa para descoyuntamientos, con su sistema de ruedas que estiraban a la victima como si fuese de goma,
Las mesas de destripamiento, en donde los intestinos del reo eran enrollados por medio de una manivela… son apenas algunos mobiliarios de la vida real que superan en horror a la imaginación de la mesa de torturas inventada magistralmente por el escritor Frank Kafka.
Pero la perfección de la perfecciones que llegó a la escena pública junto con la resolución francesa fue la “guillotina”. Es el Dr, Guillotin quien propone la “maquina decapitadora” que hacer saltar la cabeza, en un abrir y cerrar de ojo y haciendole sentir al decapitado tan solo un ligero fresco en el cuello. Consta de una cuchilla que cae sobre el cuello del ajusticiamiento. El cuello descansa en una madera cortada en forma de media luna... ah! Y un cesto o canasto para recibir la cabeza recién cortada de un solo tajo.
Sin embargo, a pesar de todo lo antes expuesto, es la silla, creada originalmente para el descanso quien toma la delantera, sirviendo como base para las mas diversas aberraciones, convirtiéndose así en la aliada No. 1 de los torturadores, verdugos, perversos y sadomasoquistas.
Sillas con prensas para los pies y las manos eran utilizadas por la Gestapo para poder así obtener de sus víctimas informaciones, declaraciones, etc… aplastando los dedos de quienes en ellas se sentaban.
Sillas erizadas de clavos en el espaldar, asientos y pasamanos eran usadas como instrumentos de tortura en el siglo pasado (hoy se encuentran expuestos en el museo de la policía en Essen, Alemania).
Sillas de altos espaldares en donde eran clavadas, las victimas de la inquisición, para ser expuestas a al vergüenza publica antes de morir quemadas en la hoguera.
Sillas con cepos para manos y pies y en donde azotaban al reo en publico.
Silla – jaula en armazón de hierro en donde se inmovilizaba y colgaba al reo por medio de un cadena, sobre el mar, para que sufriera la terrible y lentísima muerte del enquilosamiento.
Silla (como butaca de cine) con fuertes correas en donde se sienta y sujeta a la persona dentro de la cámara de gas para el gasamiento al estilo Chessman con un fuerte olor a almendras amargas.
La silla del garrote vil en donde se sienta a la persona fuertemente amarrada y con una tira de cuero al cuello unida a una manivela que gira (en el espaldar de la silla) se va apretando la garganta hasta asfixiar o quebrar el cuello del ajusticiado, por la guardia civil española.
Y claro está, la silla de sillas…. El ingenio humano en función de la creación de una silla sin igual: La Silla Eléctrica; utilizada aún hoy en día en Norteamérica, Filipinas y China para librarse de los malos ciudadanos y sacarlos de este mundo, sin duda, rumbo al infierno. Hace su entrada a la historia en la prisión de Sing-Sing (U.S.A.) en el año de 1890. Está construida sólida y robustamente en hierro y madera con resplandeciente cromado, tiene en cada brazo una gruesa correa de cuero para sujetar las muñecas del reo, otra en el respaldar a la altura del pecho, igualmente otras dos en la parte inferior de las patas para contener los tobillos. Estas correas impiden que la fortísima descarga eléctrica arroje lejos el cuerpo humano a la primera sacudida. Posee una especie de casco de cuero, que sujeta la rapada cabeza donde va el ánodo, y el cátodo va sujeto a la pantorrilla de la pierna derecha.
Esta silla, mucha más majestuosa que la presidencial, no es como se ha pensado en un “objeto mágico” que hace desaparecer al ajusticiado en un segundo. Es una silla propia de una película de horror justo en el momento en el que se le hace funcionar como tal.
Una descarga de 2.000 voltios durante 5 minutos hace que la temperatura del cerebro ascienda a 140º Fahrenheit, el cuerpo se estremece, una fina columna de humo gris sale del casco de cuero, las manos se vuelven rojas y después blancas, los tendones del cuello se convierten en tiras de acero, un olor a carne quemada, llena la habitación, humo amarillo se levanta alrededor de los electrodos, una llama azulada corre a todo lo largo de la columna vertebral, la corriente de alto voltaje hace estallar todos los vasos sanguíneos del cuerpo, brota sangre por la nariz y boca, hay convulsiones y gritos de terror… recuerden que no se trata de una película, esto es real, es de la vida misma y la silla sigue vivita y coleando, esperando por un nuevo condenado a la electrocución!!!
A pesar de todo este horror, no es con silla eléctrica con la que se cierra el caso del uso perverso del mobiliario, la mente perversa del hombre da cada vez más y más…
Las boutiques sadomasoquistas de N.Y. y Berlín exhiben y venden sillas extrañísimas construidas en aluminio y acero, con correas de cuero negro y cadenas, con bisagras para cambiarle de posición al gusto del usuario. Estas sillas son construidas para prácticas sodomitas, para torturas sexuales, para la flagelación de las mujeres y hombres dentro del llamado “Bondage Suspense”, que cada día cobra más adeptos dentro de este mundo de gustos perversos.

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