Zoo / Entrevista
Entrevista realizada por el cineasta: Fernando Venturini A Carlos Zerpa, con motivo de la película “Zoológico” sobre la vanguardia artística de los ochenta en Venezuela.
Fernando Venturini - ¿Tú fuiste un joven diferente a los demás?
Carlos Zerpa - Yo creo que sí, por lo menos era bastante diferente de mis primos y de algunos amigos… Pero uno siempre se junta después con gente parecida a uno y entonces ya no te sientes tan raro porque todos somos raros… Fíjate que mientras yo escuchaba a Frank Zappa, Led Zeppelín y los Rolling Stones otros se embobaban con los Bee Gees o con Abba.
FV - ¿Pero tú fuiste de esos artistas que se radicalizaron, que asumieron posturas políticas?
CZ - Bueno, yo fui vegetariano, macrobiótico, estuve metido en yoga, budismo y Karate, y en algún momento pertenecí a el grupo artístico “Nueva Visión” que era bastante de izquierda, casi de ultra izquierda… Entonces tenía muchas contradicciones, primero esta cosa extrañísima de marxismo con yogurt y luego que yo era burgués… Así que era un buqués para mis amigos de izquierda y un bicho raro para los amigos que no estaban metidos en ese ambiente del arte… Bueno, menos mal que tuve esas ideas mezcladas a esa edad porque si estuviese ahorita en eso sí que sería un desastre… A la final me he dedicado casi exclusivamente a mi trabajo artístico, desde 1968 hasta hoy es raro un día en el cual yo no pinte o haga ensamblajes… y es algo obsesivo: desde que me levanto sólo hago una pausa para comer, mi pausa para mis ejercicios con pesas, el Karate o el Kickboxing… pero todo el resto del tiempo estoy pintando o ensamblando con una especie de dedicación, casi religiosa. El taller y el dojo son para mí… mis templos.
FV - A qué se debe para ti que algunos de los personajes con más peso en los ochenta a nivel de figuración sean de tu generación?
CZ - Bueno yo creo que al trabajo… La mayoría de nosotros hemos estado dedicados años y años al proyecto de nuestra vida como artistas. Y nos hemos dedicado a eso contra viento y marea…. Yo no sé a quienes has entrevistado, pero hablando de la gente que yo siento más cercana a mí, si creo que ha habido la constante del trabajo y la constante de habernos opuesto a la cosa facilista desde el principio. Pienso que cada uno ha adoptado una postura radical y la ha llevado a pulso… Hasta el punto que aún hoy en día, cuando hemos ganado mal que bien un sitial y un cierto respeto, no existen concesiones. En cualquier exposición, en cualquier propuestas, en cualquier Bienal, siempre ves que nuestra actitud es bien afilada; no buscamos hacer las cosas fáciles para que no nos den el premio ni mucho menos…. Yo creo en la idea del “Arte como arma”.
FV - ¿Qué opinas del término “Vanguardia”?, ¿Tú te consideras un artista de vanguardia?
CZ - Sí, yo sí creo; yo no lo tengo medio al término… Si existe una vanguardia en el país, yo sin duda estoy en ella… Yo no soy un artista tradicional, ni estoy siguiendo el ritmo o la moda que marca la gente que maneja las artes en este país… Ahora cuando ven mis cuadros se habla hasta de expresionismo, pero cuando yo arranquè con una cantidad de propuestas nuevas la crítica fue muy maliciosa… y no solamente de los críticos, sino de los compañeros pintores, de los que hacían “arte de vanguardia”… no estaba permitido que uno pintara, que volviera a la tela, y no estaba permitido que uno usara colores estridentes. En un tiempo en que todos imitaban a los maestros de aquí (Oswaldo Vigas, Alirio Palacios, etc.) presentar un cuadro de colorinches como los míos, pegarle cosas, escarcha… eso era una osadía total… Hoy en día no pasa, y esa es una de las razones por las cuales le estoy dando un vuelco a mi trabajo.
FV - ¿Por qué escoges la pintura figurativa? Durante mucho tiempo se ha hablado de la muerte de la pintura figurativa…
CZ - Todavía se habla… Yo tuve una etapa “semi-abstracta” por el ´72… unos 20 o 25 cuadros que trabajaba con manchas… Lo que pasa es que para mí no eran cuadros abstractos porque lo que yo trataba de pintar eran explosiones, unas especies de explosiones submarinas… En este momento hay un impresionante apoyo a los abstractos y a los conceptuales porque en el ombligo del mundo, que sigue siendo Nueva York, hay una gran apertura al nuevo arte minimal, los “neo minimalistas”, los “nuevos abstraccionistas” y los “neo conceptualistas”. Entonces fíjate… Las manchas que ellos muestran de pronto tú las puedes conseguir en mi trabajo en los fondos… Pero es que yo simplemente no siento que pueda pintar abstracto, con el respeto que le doy a algunos compañeros que sí son serios en eso… Además yo no puedo caer en esa moda… Yo creo que lo interesante es ir descubriendo tu camino e ir abriendo nuevas puertas. No puedes caer en la cosa que te marca la moda, y sobre todo las galerías de arte, que son terribles en eso, siempre te quieren encajonar según sus gustos… o los nuevos “curadores” quienes se creen artistas y manipulan a los más jóvenes; haciéndole mucho daño.
FV - ¿Cómo es la relación de la gente joven (gente que no tiene una cultura de arte) con tu obra?
CZ - Bueno, es cierto que no tienen una referencia más profunda de lo que es el arte, pero eso también pasa con los niños, a las cuales también les gustan mis cuadros… En Venezuela no hay una información seria de arte… Pero también hay un gran problema es la televisión. La gente, cada vez lee menos, cada vez más dejar de ir a exposiciones y conciertos y al teatro… Es mucho más fácil llegar y prender la televisión o jugar nintendo y ya, sin preguntarte nada, sin interaccionar con eso… Ese es un problema que, en fin, cada quien irá resolviendo por sí mismo… A fin de cuentas yo tenía mucha fe en mi generación y ha resultado mucho más boba que está, que es la que ha sido llamada así… De todas formas, y volviendo al punto, sí, yo tengo buena acogida entre la gente más joven y menos entre los coleccionistas y público “culto” a los que no creo que les pueda gustar mi obra y no la quieren tener en su casa, salvo que sea por firma… Ese público, en realidad, no me interesa y ni siquiera pregunto quienes son, pero hay otro público que me ha venido siguiendo desde que yo era un artista no reconocido y que han estado comprando obras mias desde el principio, y esos son los que yo considero mis verdaderos coleccionistas. Son gente que compraron obras más a 500 o 1.000 bolívares y que las compraban por le placer que les producía tenerlas, esos son los coleccionistas que a mí me interesan. Pero hay otra gente mucho más joven, mucho más fresca, que es gente que no me compra porque no tiene dinero para poder hacerlo, y además ni se lo plantean; no van a las exposiciones a comprar cuadros. Esa gente me interesa muchísimo así no me compren los cuadros. Aunque uno que otro comienza ya a armar su colección.
FV - ¿Hasta qué punto es importante para ti el ser subversivo, el querer moverle el piso a la gente…?
CZ - Mucho, si no estaría haciendo arte, estaría haciendo otra cosa… Ahora bien, a mi nunca me gustó el arte de protesta ni el realismo socialista… ni siquiera en la época en que yo estaba más izquierdoso, jamás me gustó… a final de cuentos yo siempre he sido más anarquista que izquierdoso y el socialismo que me interesa es de otra índole… Toda esa cosa “Alí Primera”, no me va, y eso de hacer escándalos para que los policías te caigan a rolazos eso tampoco me va, para mí es lo mismo. Para eso me meto a político, que hay montones de chances, o me meto en un barrio a trabajar con la cosa de los vecinos… Pero todo ese discurso político inmediatista, no va con el arte… Este arte panfletario lo manejaron los cubanos y terminaron haciendo afiches…
Pero sí, esa idea de “mover el piso”, sí me interesa, me apasiona. A mí me gustaría que la gente tomara conciencia cuando viera algo mío, que los motivara, que les moviera algo adentro. Yo sí estoy convencido, y lo digo sin pedantería, porque es simplemente algo que he vivido, y es que una obra mía no le pasa desapercibida a la gente: o la aman o la detestan, pero no hay término medio…
Ahora, para ponerte un ejemplo de lo que he tratado de hacer para romper algunos esquemas, en un momento dado se me ocurrió la idea de participar en una “Bienal de Dibujo”… En ese momento todo el mundo dibujaba a lo Alirio Palacios o a lo Pancho Quilichi o a lo Jacobo Borges, entonces en ese momento yo quería hacer una cosa de ruptura pero yo no dibujaba (yo hacia una especie de vitrinas llena de objetos), así que agarré unas de estas vitrinas y las llené de todas las cosas que uno puede tener en una mesa de dibujo (lápices, un sacapuntas, una engrapadora, inclusive hasta una alcancía, cuatro postales), y pegué en la vitrina un papel de algodón con cuatro tachuelas y con el lápiz hice una pequeña rayita… Mandé esta vitrina a la Bienal de Dibujo con el nombre de “Pequeño dibujo incluso”… y lo aceptaron. Si yo hubiese mandado el papel con la rayita no la hubiesen aceptado, pero creando todo ese marco para el dibujo yo lograba, primero, que me aceptarán una obra porque en realidad tenia nivel, y segundo, lograba meter en una bienal de Dibujo una vitrina… y eso era lo que a mi más me interesaba. De esa manera yo logré meter un extinguidor de incendios en un “Salón de Artes del Fuego”. También logré meter en un salón de dibujo un papel negro: en base a fotografías logré demostrar que yo había pintado un inmenso dibujo usando una aplanadora como rodillo, y que como no podía mandar el dibujo entero el salón, mandaba un fragmento, que al ser muy pequeño en comparación con la obra completa, quedaba reducido a un simple pedazo de papel negro… que ni siquiera estaba pintado, porque lo que mandé fue un pedazo de cartulina negra. Y eso es lo irónico del asunto: que al yo estar apoyado en toda esta historia conceptual, no me podían dejar de aceptar ese pedazo de papel negro…
FV - A eso me refería un poco con lo de “subversivo”, al humor…
CZ - Es que la gente que no tiene sentido del humor está muerta… No los soporto: es gente que no se arriesga, que no tienen una chispa, una salida… En eso Zapata es quizás uno de los reyes de este país… además es un tipo serio… También mi padre ha tenido siempre un gran sentido del humor, yo creo que todo eso lo heredé de él… de Don Paco Zerpa.
FV - Te quería preguntar, precisamente, ¿Qué personas o personajes del país representaron una referencia importante para tí…?
CZ - Bueno, hay muchos… Mario Abreu; Mario fue clave para que yo comenzara a pegarle cosas a mi cuadros… El es uno de los consagrados olvidados de este país… Víctor Valera, aunque su obra no tiene nada que ver con la mía. A él le debo que haya luchado para que me aceptaran y premiaran mi obra en un salón nacional de escultura (eran muñecos con las tripas hacia fuera chorreando sangre…). Víctor además siempre me ha apoyado y alentado. Freddy Reyna, el “Rey del cuatro”; Freddy es tío de mi esposa y tiene realmente un mundo estupendo: el tiene la colección de juguetes más arrecha que yo haya visto en mi vida… De él yo aprendí la pasión de coleccionar juguetes de lata. Bruno Munari quien fue mi profesor de diseño y quien me abrió los ojos a nuevas posibilidades creativas y me introdujo en el camino del Zen. Esa es gente clave para mí… son mis maestros y amigos.
FV - ¿Qué tanto de reflexión y qué tanto de intuición hay en tu trabajo?
CZ - Bueno, yo soy muy reflexivo… pienso mucho en toda la parte conceptual, en la resolución, el equilibrio de un cuadro… después lo que viene es un enfrentamiento, un enfrentamiento a la tela o a los objetos; enfrentamientos que yo ejecuto muy rápido: me paro frente a la tela y comienzo a hacer trazos, trazos que cuando veo que están muy preciosistas, los ejecuto con la mano izquierda…
FV - ¿Y por qué buscas esa ejecución más brusca?
CZ - Para que no sea tan bonito… En mi caso, la obra muy acabada no me interesa… el trazo perfecto… el hiperrealismo, el nuevo realismo… En el arte se entiende mucho a la perfección, a la cosa acabada (que por cierto vende más), y eso me interesa, no me interesa ser complaciente… De hecho yo nunca hago un cuadro a gusto del consumidor. Yo hago las cosas como a mí me salen. Entonces yo creo que tu mano a veces te traiciona. La mano sin querer se va educando… la pincelada, cuanta carga de pintura necesitas para hacer una línea de tal tipo, qué tipo de pincel es mejor para tal cosa… Entonces si eso no es lo que quieres, mejor es cambiar de mano, o botar los pinceles y pintar con los dedos…
FV - ¿Produces mucho?
CZ - Sí, yo soy bien prolífico, es la carta que me juego para poder después escoger, porque no todo lo que hago me gusta… creo que en la medida que sacas de tu cabeza las ideas… pues dejas un espacio listo a llenarse con nuevas ideas…
FV - En todo caso tu no eres un pintor sin publico, tu vendes.
CZ - Sí, vale, a partir de 1985 las cosas han ido mejor. Hasta el 85 yo no vivía de mi trabajo de pintor. Claro, hay mucha gente que compra mi obra sólo porque le resulta una inversión, aunque sea triste decirlo… Por lo demás es una tendencia que se está dando en todo el mundo: la gente está comprando oro, joyas y obras de arte… Ahora, fíjate, yo tengo en esto de la pintura apenas quince años, yo soy más bien un “conceptualista”… Siempre he hecho otras cosas. A mí me conocían más por las cosas que yo hacía con los ensamblajes, con objetos… joyas hechas con hojillas, aquella cosa del extinguidor… trabajos con cuchillos… Yo en realidad me defino simplemente, como artista NO convencional. Yo creo mucho en eso de “la idea correcta para el medio correcto”: si tienes una idea que es ideal para hacerla en cine, entonces no la hagas en pintura porque la vas a echar a perder… así es como veo yo un poco las cosas. Tengo gente valiosa que colecciona lo que yo hago… pienso que son muy inteligentes.
FV - ¿Te va muy bien en el extranjero?
CZ - Me va bien… yo tengo actualmente una situación holgada por lo que vendo en el extranjero, porque si viviera de lo que hago aquí estaría viviendo muy mal… Afuera gusta mucho mi trabajo, todos esos colores son una revelación para ellos. Colores que a fin de cuenta no los inventé yo, son colores muy nuestros… Tu te metes en un autobús en Chacao y eso va muy por delante de lo que yo puedo hacer… en estos momentos hay galerías en New York, Miami, México, España, Colombia y aquí en Venezuela que manejan mi obra.
FV - ¿Y cómo te está tratando la critica ahora?
CZ - Por los momentos bien… los críticos serios me tratan muy bien, quizás no tanto Margarita D`amico que nunca me ha perdonado el haber dejado de hacer tantos “Perfomances” (aunque ella ahora no escribe sobre artistas plásticos, solo escribe acerca de las nuevas bandas de Rock and Roll.)… o estos nuevos curadores que andan buscando la cresta de la ola… lo que está de moda… pero ellos no cuentan para mí.
FV - ¿Y por qué dejaste de hacer “Perfomance”?
CZ - Porque creo que todas las cosas llegan a agotarse… yo participe en todo estos eventos de “Perfomances”… en eso estaba Marco Antonio Ettedgui, Pedro Terán, Yeny y Nan, Diego Barboza, Antonieta Sosa y Diego Risquez… se hicieron muchas cosas pero al final decayó. Todo el mundo comenzó a hacer “Perfomance” y se fue desvirtuando mucho la cosa todo el que hacia teatro pensaba que podía hacer “Perfomance”, llegó un momento en que yo decidí no hacer más “Perfomance”. Mi último “Perfomances” fue escrito para la prensa… era un “Perfoamnce” que yo iba a hacer decapitando ocho caballos, y que obviamente yo no podía hacer: yo no podía subir ocho caballos a la sala de exposición… era mentira… con eso yo cerré mi cuestión de hacer “Perfomances” como una actividad prioritaria. Bueno, hasta hace unos años en que me invitaron a una Bienal de Escultura a hacer una presentación de “Arte Efímero” y yo decidí que mi obra de “Arte Efímero” iba a ser yo mismo… fue algo así como darme un gusto… que mi esposa me viera haciendo algo distinto, que mi hijo, que mis amigos me vieran… fue una exquisita excepción.
FV - He notado que siempre se le hace publicidad a alguna exposición tuya, aquí o en el extranjero, se utiliza mucho tu imagen y que en general tienes una presencia considerable en los medios, ¿eso es algo premeditado o ha sido casualidad?
CZ - Ha sido totalmente premeditado. Bueno, la prensa de Venezuela es muy enredada… tu das declaraciones y nunca salen, no te toman en serio completamente, y además aquí la gente no tiene proyección afuera, por el costo o porque no hay apoyo… entonces en un momento dado yo decidí que iba a anunciar todas las cosas que yo hacia para que la gente supiera que era lo que yo estaba haciendo… porque yo hago muchas cosas afuera de Venezuela, entonces no es que estoy inactivo sino que estoy trabajando fuera del país. Eso se acostumbra muy poco en Venezuela. Pero es moneda corriente en todas partes del mundo en las revistas de arte… así que yo llegué a un acuerdo con las galerías, o bien lo pago yo a veces, para siempre anunciar que es lo que estoy haciendo. Y ahí es donde el humor, porque ¿cómo quitarle un poco esa cosa seria de “Carlos Zerpa está exponiendo en Japón”?, la única manera de quitarle esa seriedad y volverlo algo mas que un aviso de prensa era usando el humor: primero comencé a usar fotografías más de cuando era niño, y después comencé a ponerme atuendos: si voy a Madrid salgo vestido de torero, si voy a México voy vestido de charro… y así jugamos un poco. Y mucha gente ha visto los anuncios como “mini-perfomances” y hasta los coleccionan… Hoy en día estoy más sobrio en lo que hago… más cool; ya no hago esas cosas.
FV - ¿Nunca te han acusado de superficial, de efectista, de querer jugar al payaso?
CZ - Hasta ahora no, no ha pasado… Lo que pasa es que si tu no me invitas a tu casa nunca me vas a ver haciendo cosas tremendistas, simplemente vas a ver a una persona que disfruta del momento… En mi vida privada yo no soy tremendista, yo diferencio mi postura como artistas de mi vida personal… una cosa son los avisos de prensa y otra cosa es mi vida privada.
FV - ¿Qué sientes ante el código estético de los chamos de ahora? ¿te gustan los “punketos”,etc.?
CZ - Si, vale, por que no… Mientras sean inteligentes, la cuestión es que sean inteligentes, que no estén jugando al carnaval o a “Halloween”, que el disfraz no sea disfraz sino una actitud de vida… la gente tiene que ser autentica.
FV - Tú eres amigo de Armando Piquer, yo te quería preguntar qué te parecía toda esa cosa de la moda, que tradicionalmente es vista por los artistas como algo muy serio…
CZ - Mira, dependen quien sea el modisto… pero a mi me gustan mucho los diseñadores de moda, me gusta mucho Piquer, Armando es un tipo que anda dentro de la “vanguardia” y para mí el concepto del artista es lo que vale, cada quien busca su manera de expresarse… algunos escogen pintar una tela, otros prefieren diseñar un carro, un teléfono o un traje… y a mí me parece que eso es totalmente válido y que en eso hay una gente seria, gente realmente de “avant-garde”, Armando Piquer es uno de ellos… osado, irreverente.
FV - ¿Cómo ves al país, cómo te sientes en él?
CZ - Bueno, yo estoy muy preocupado vale… te lo digo de corazón y sin estar buscando pensamientos antidemocráticos… pero es que aquí tiene que pasar algo nuevo, que yo no sé lo que será, porque aquí la izquierda, como el sistema capitalista se van de pique…
FV - ¿Piensas irte?
CZ - Yo de hecho estoy y no estoy en el país, porque yo viajo bastante… cuando yo expongo fuera del país me quedo bastante tiempo antes, durante y después de la exposición… pero es que aquí vivo en una jaula, por todas partes rejas… tu cojes el periódico y ves lo que pasa, un país desmoronándose… Yo amo a Caracas, amo a Venezuela pero a menudo me sorprendo cuando voy caminando por Madrid o New York y me doy cuenta de que me siento más seguro, más confiado en esas ciudades que en mi propia ciudad… Aquí tienes casi más miedo de que te pare la policía, de que te asalten, porque la policía es peor, tiene todo el poder, todas las prerrogativas para hacer contigo lo que quiere… De hecho te meten en el bolsillo dos papeletas de marihuana, tres televisores a colores, diez pitillos de bazuco y te incriminan y tu no puedes decir que no… A mí me gustaría decir, mano dura contra el hampa, pena de muerte contra los corruptos, pero entonces viene la hojilla de doble filo: ¿Quiénes van a dictar la justicia?... Se comenzarán a raspar a cualquiera que no les guste, que les resulte subversivo, que tengan ideas extrañas… Ahí uno es el primero de la fila… Yo en este momento estoy fuera de base… A mí siempre me interesó participar dentro de un proceso de cambio del país, de toma de conciencia de la gente… Pero en este momento me encuentro desmoralizado. Trato de no caer en el pesimismo, pero es que en verdad, yo no sé que puedo hacer por mi país… ni mi posición es irme a un barrio, tener una escuela y alumnos… es que no sé en este momento cual debería ser la actitud a tomar. Y pretender que basta una obra de vanguardia, una obra fuerte que pueda estimular, crear referencias, etc… Sí, está bien, pero eso es tan chiquito, tan mínimo… no basta, a mí no me basta. Por ejemplo, en el poder cultural solo hay un nombre. Los ministros culturales de turno que no son mas que unos ministros bobalicones que se ciñen a las exigencias y lo único que apoyan es el ballet, la orquesta y el ballet, la orquesta y el ballet … y es muy sencillo: la música clásica y el ballet, son cosas que no dañan a nadie ni causan ninguna revolución ni nada, simplemente mantienen a la gente con pretensiones de ser gente culta tranquilitos y sentaditos en su butaca… ahí está el problema de la escuela de arte “Cristóbal Rojas”, que jamás lo van a resolver; además nunca tienen dinero para apoyar a los museos ni para proyectar el arte fuera del país, están cerradas las puertas para los jóvenes de este país, de hecho eliminaron el “Salón Nacional de Jóvenes Artistas”, que era la única confrontación seria e interesante que había en este país, o sea que los jóvenes artistas no tienen la posibilidad de mostrar su obra dentro de un marco digno en Caracas, y menos si es de provincia… Aquí te hablo de un arte plural… no del caso Pirelli.
FV - ¿Ves los 90´ s con una mirada positiva o negativa?
CZ - Pienso que siempre se puede ser positivo, y yo veo los 90´s como una gran década… muy fuerte, que ya terminó. Ahora hay que trabajar más con las uñas, pero en general creo que en un futuro próximo vendrán cosas nuevas… y buenas. Tengo mucha esperanza en el nuevo milenio que ya comienza; el soñado 2000 tierra de los Jet Sons. Pienso que a pesar de los agoreros lo que viene es un gran despertar espiritual… y un equilibrio real entre el bien y el mal. La eterna historia del Yin y el Yang.
Por mi parte continuaré entre mis dos mundos, trabajando con pasión y fuerza: “las artes plásticas y las artes marciales”.
lunes, 20 de agosto de 2007
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1 comentario:
Te felicito por batido de pinguino, ya tengo en favorito
y lo voy a leer con calma..para asi hacer mas comentarios..
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